Hola hola! Soy Melissa, la cara detrás de Meli Sin Gluten. Hoy les quiero compartir un poquito de la historia detrás del blog y por qué hago lo que hago. Si me siguen en redes o me conocen, ya saben que me fascina la comida. Cocinar y comer: dos de mis cosas favoritas en la vida. Sin embargo, lo que hoy disfruto preparando y las recetas que les comparto en mi blog no son ni cercaaaa a lo que comí por muchos años.
Toda la vida sufrí de dolores de estómago. Según mis doctores se debía a episodios crónicos y recurrentes de colitis y gastritis. Después de años de vivir con síntomas me acostumbré a que tenía una “panza sensible” y sencillamente debía evitar ciertas cosas, nunca pasar más de 3 horas entre comidas, etc.
Y así pasó mi adolescencia: balanceandome entre comportamientos desordenados de alimentación (con la obsesión de estar siempre más delgada) y síntomas crónicos de problemas gastrointestinales. Cuidaba histéricamente qué, cuánto y qué tan seguido comía pero nunca me preocupé por entender cómo me estaba nutriendo.
Resulta que la vida es sabia y siempre nos pone en frente lo que debemos afrontar. Hace ya más de 5 años tuve uno de los más oscuros y dificiles episodios de salud de mi vida. Después de largos meses de sentirme muy enferma y de una etapa de diagnóstico super difícil y desgastante, me enteré de que soy celíaca. Entenderán que para el 2015 “gluten free” no era lo que es hoy en Costa Rica, así que fue un proceso de adaptación abrumador, y sobretodo, solitario.
La celiaquía es una enfermedad autoinmune, es decir no tiene cura. A mí la verdad no me gusta nunca referirme a ella como “enfermedad”, sino como condición médica. Y para ello el único tratamiento es claro: una dieta libre de gluten estricta, de por vida.
Por supuesto, esto ha ocasionado grandes cambios en mi vida. A punta de prueba y error y de mucha investigación, mi relación con la comida en estos 5 años ha dado un giro de 180. Gracias a mis “restricciones” alimentarias (gluten, lácteos*, algunos alimentos altos en FODMAP), hoy me siento más libre que nunca. Irónico, yo sé. Pero resulta que en este camino he aprendido tanto sobre alimentación y nutrición que mi percepción es otra.
Entiendo y valoro hoy la necesidad de una alimentación natural, simple, armoniosa con la tierra. Y no me siento en absoluto restringida ni limitada por mi condición. ¡Por el contrario! Agradezco que tengo la oportunidad de escoger como alimentarme y cómo nutrirme. Soy yo quien tengo el control y puedo realmente disfrutar del placer de la comida (sobretodo compartiéndola, que es lo que más me gusta). Hoy me siento mejor que nunca y todos los días trabajo fuerte para ser la mejor versión posible de mi misma: en armonía y buscando un bienestar integral (mente-alma,-cuerpo), sin privaciones ni restricciones.
Meli Sin Gluten busca en celebrar la comida, como una fuente de energía y nutrición. ¡Ojalá que se den la vuelta por las redes o el blog para que compartamos y ojalá se inspiren con mis posts a incursionar en un estilo de vida más saludable!
-Nota gracias a Melissa Guevara
